Estamos ante un disco para poner una y otra vez. Si usted es de los que prefiere el humor sutil a la risotada, o añora a los Manhattan Transfer, o disfrutó con el álbum Encores del coro Les Cris de Paris, no lo dude y acérquese a Touched, el nuevo disco del hasta ahora muy clásico Calmus Ensemble. Este joven grupo vocal, compuesto por una voz por cuerda (soprano, contratenor, tenor, barítono y bajo) y cuyo repertorio abarca desde el gregoriano hasta el siglo XXI, demostró su gran solvencia en dos recientes CDs, uno en torno al Salmo 116 y otro en torno al hogar de los Schumann. La heterodoxia que despliega en esta nueva grabación consiste en cantar arreglos de canciones de Sting, Leonard Cohen, Michel Jackson, Elton John y Freddie Mercury, además de un clásico del rhythm & blues como es Ain’t no sunshine when she’s gone, y una canción imposible de desarraigar de la cabeza, Always look on the bright side of life, tema de la película La vida de Brian de los Monty Python.
Los acérrimos de la polifonía clásica están de suerte, pues, intercaladas entre todas estas canciones pop, hay obras de Purcell, Banchieri, Janequin (esa joya renacentista y ornitológica que es Le chant des oyseaux), Monteverdi y Schütz, y nuestro Dindirindín.
Este grupo es el orgullo de Leipzig por su canto aéreo y ágil y su perfecta sincronización, subrayada por su magistral dominio de los silencios (escuchen Hush, no more de Purcell). Si hubiese que definir al Calmus Ensemble con una palabra, sería elegancia; elegancia en el canto y en los arreglos. Dentro de esta armonía destaca la única dama, Anja Pöche, que goza de una voz cuya empatía recuerda poderosamente al de nuestra Raquel Andueza, y de timbre hermosísimo como podemos comprobar, por ejemplo, en su cristalina versión de If love’s a sweet passion de Purcell. Todo brilla en este disco entretenido y sosegado. Sí, elegancia es la palabra.
José Velasco
For the the new album touched the Calmus Ensemble chose songs about “love” from different centuries.
There is Sting next to Henry Purcell and Michael Jackson beside Adriano Bachieri. The pieces are connected
by interludes especially composed for this recording. The CD offers the opportunity to see the texts of the
songs, which are also from different epochs, in a new light and new perspective.
The longer you listen to this CD, the more you lose time and epochs. Everything becomes timeless.