Los conciertos para cuerda de Vivaldi -coronados por Las cuatro estaciones- se cuentan entre los ejemplos de música concertante más paradigmáticos de todos los tiempos y como tales han sido objeto de no pocas interpretaciones sui generis. Conscientes de la falta de rigor de la que hacen gala numerosas lecturas de la obra, el clavecinista y director Lars Ulrik Mortensen se pone al frente de la European Union Baroque Orchestra para reparar el agravio y ofrecer una lectura historicista que probablemente habría complacido al mismo Prete Rosso.