En el limbo de los ignotos yace la figura del compositor y etnomusicólogo Armas (Emanuel) Launis (Lindberg), nacido el 22 de abril de 1884 en el mismo lugar, (Hämeenlinna) al Sur central de Finlandia, en que viniera al mundo diecinueve años antes Jean Sibelius, futuro profesor suyo de composición. Tras cursar estudios de música y violonchelo en Helsinki, Berlín y Weimar, ejerció la docencia en la capital finlandesa en las disciplinas de teoría y canto; donde, asimismo, en 1920 fundó el Conservatorio Popular, presidiéndolo hasta establecerse en Niza en 1930. Allí permaneció, olvidado en su país, hasta que la Visitante sin Faz le arrancó de su residencia el 7 de agosto de 1959. Principiando el siglo veinte gozó de efímero éxito entre sus compatriotas, debido principalmente a sus óperas producidas durante la época en que Finlandia logró su independencia de la Rusia zarista después de una guerra civil (1917). En la actualidad es allá de nuevo tenido en consideración merced a su catálogo operístico, integrado por apenas una decena de títulos: desde el primerizo y cómico Los siete hermanos (1913), el nacionalista Kullervo (1917) extraído del Kalevala, hasta el postrer ballet-ópera concebido para televisión Las llamas heladas (1957).
Con simultaneidad a su faceta creativa, mantuvo una importante actividad exploratoria de la música popular de etnias bálticas, laponas e incluso norteafricanas, en el curso de la cual recolectó antologías de cantos folclóricos, como la colección de ochocientas canciones reunidas en sus expediciones de 1904 y 1905 a la Laponia del Norte de Noruega y Finlandia; al punto de publicar en 1908 una obra investigadora del joïk -melodía vocal de ritmo y técnica que refleja tradiciones y valores culturales distintos de la pauta occidental- de los sami (lapones). Una estancia en Kautokeino, perteneciente a la Laponia noruega, le incitó a componer una ópera épica basada en un suceso histórico acaecido en dicha localidad en 1852, y protagonizado por el lapón Aslak Hetta, aspirante a liberar a su pueblo del dominio noruego. En la escritura de propia mano del libreto en tres actos, Launis introdujo en el conflicto un idilio imposible de trágica resolución. Convirtió al personaje de Aslak en un caudillo combatiente por la libertad y atacante de la población noruega con el apoyo de la secta religiosa de los "clamantes", empeñados en una "guerra santa" -supone el acabóse de la falacia felona sacralizar la beligerancia- para eliminar a los "infieles"; quien junto a su tropa derrotada y masacrada, al final de la contienda es ejecutado. Nos introduce el compositor en los acontecimientos por medio de un narrador, con un estilo de balada. Para describir las estampas costumbristas, ceremoniales y pintar los paisajes y ambientes coloreados por un sol gélido, utilizó seis joïk auténticos, estilizando con refinamiento arcaizante el folclore lapón, aunados al wagneriano método del leitmotiv, al lirismo pucciniano y a las armonías straussianas. Concluida la obra a finales de la década de los veinte, fracasaron numerosos proyectos de montarla escénicamente en el decenio sucesivo. Permaneció inédita setenta años más, tanto como tardó en ser redescubierta y estrenada mundialmente en Helsinki el 17 de marzo de 2004. ONDINE propone la première discográfica de Aslak Hetta, registrada coincidentemente por esa fecha en la Casa de Cultura capitalina, con varios cortes efectuados en la partitura completa. Sirven a la causa de Launis la Orquesta Sinfónica de la Radio finesa, el Coro de cámara Kampin Laulu, el Coro Yl de voces masculinas, una compañía de canto idónea y la entregada batuta de Sakari Oramo, obteniendo un fructuoso rendimiento deleitable.

José Luis Gómez Lozano