Es difícil explicar la explosión creativa que experimentó Haendel en cuanto llegó a Italia. El joven compositor, de apenas veintidós años, no tenía en su currículo experiencias de gran calado. Era un artista prometedor, pero que no había dado todavía muestras de genialidad. El contacto con el ambiente italiano, musical y en general artístico, encendió la mecha de su inspiración y aceleró de manera asombrosa su maduración como compositor. En los tres años y medio que transcurrió en Italia, Haendel compuso proporcionalmente más música que en el resto de su vida, si se tiene en cuenta además que recicló en numerosas ocasiones piezas escritas durante su estancia italiana. Dentro de la producción de esos años, el capítulo más destacado por cantidad y calidad es sin duda el de las cantatas profanas. Haendel aprovechó en este ámbito la lección de Alessandro Scarlatti pero también le echó lo suyo. Títulos como Armida abbandonata o Agrippina condotta a morire son muestras de una genialidad que no admite comparaciones. Por su originalidad formal, su envergadura expresiva, su exigencia técnica y dramática, estas obras se parecen más a escenas operísticas que a cantatas.
La colaboración que desde hace años mantienen la soprano Carolyn Sampson, el director Robert King y su grupo King’s Consort, así como su competencia en el repertorio haendeliano, les convierte de inmediato en intérpretes ejemplares de ambas piezas.
FECHA DE PUBLICACIÓN
15/09/2018
INTÉRPRETES
Carolyn Sampson, soprano
The King’s Consort
Robert King, dirección
CONTENIDO
Georg Friedrich Haendel (1685-1759):
Abbandonata - Cantatas italianas
1-7. Armida abbandonata, HWV105 [19’05] 8-14. Tra le fiamme, HWV170 [18’09]
15-20, Figlio d’alte speranze, HWV113 [13‘29]
21-32. Agrippina condotta a morire, HWV110 [24’26]